Guía completa de Santillana del Mar: turismo rural con historia

Imagina caminar por calles donde cada piedra susurra historias de más de mil años. Santillana del Mar no es solo un destino; es una máquina del tiempo que te transporta a la España medieval mientras te abraza con la calidez del turismo rural más auténtico. ¿Puede existir realmente un lugar donde el tiempo se haya detenido?

La respuesta la encontrarás en esta villa cántabra, conocida con ironía como «la de las tres mentiras»: ni es santa (aunque venere a Santa Juliana), ni es llana (se asienta sobre colinas), ni tiene mar (está a dos kilómetros de la costa). Pero lo que sí tiene es algo mucho más valioso: la capacidad de hacer que desconectes completamente del mundo moderno mientras conectas con más de 15.000 años de historia humana.

El alma medieval que late en cada rincón

La colegiata de Santa Juliana: donde nació una leyenda

El corazón de Santillana late en la Colegiata de Santa Juliana, una joya del románico del siglo XII que dio nombre al pueblo. Pero aquí viene la primera sorpresa: ¿sabías que Santillana sí es «santa» en cierto modo? La villa creció alrededor de este templo que alberga los restos de Santa Juliana, una mártir cuya historia viajó desde Turquía hasta estas tierras cántabras.

Su claustro románico es considerado una auténtica obra maestra, con capiteles tallados que narran historias bíblicas y escenas cotidianas medievales. Cada columna cuenta una historia diferente, y caminar entre ellas es como hojear un libro de piedra donde artesanos anónimos dejaron su legado para la eternidad. ¿Te has preguntado alguna vez qué pensarían esos maestros canteros si supieran que su obra seguiría emocionando a visitantes siglos después?

Un museo al aire libre donde el tiempo se detuvo

El casco histórico de Santillana está compuesto por estrechas calles empedradas donde encontramos casas de piedra y edificios de gran valor histórico datados entre los siglos XIV y XVIII. Pero la magia no está solo en los monumentos, sino en los detalles que descubres paso a paso.

Fíjate en los escudos heráldicos que adornan las fachadas: cada uno cuenta la historia de una familia noble, sus alianzas, sus conquistas. La Casa del Águila y la Parra no es solo un edificio con relieves curiosos; es el testimonio de cómo la nobleza española marcaba su territorio y su estatus. El Parador de Gil Blas, instalado en el palacio de los Barreda-Bracho del siglo XVII, fue durante los años veinte un importante centro cultural y literario.

¿Sabías que puedes dormir literalmente en la historia? Este parador no es solo un hotel; es una experiencia inmersiva donde cada habitación respira siglos de vivencias.

Altamira: el arte que cambió nuestra comprensión del pasado

A apenas dos kilómetros del centro histórico se encuentra uno de los tesoros más extraordinarios de la humanidad. Las Cuevas de Altamira, calificadas como la «capilla sixtina» del arte rupestre, contienen probablemente las pinturas prehistóricas más famosas del mundo, con 14.000 años de antigüedad.

La historia de su descubrimiento es fascinante: fue hallada por casualidad en 1868 por Modesto Cubillas, pero la famosa «sala de los polícromos» no fue descubierta hasta 1879, cuando Marcelino Sanz de Sautuola visitaba la cueva acompañado por su hija María. Imagina la emoción de esa niña al alzar la vista y convertirse en la primera persona en contemplar esas obras maestras después de milenios.

Debido a la fragilidad del arte rupestre original, el Museo de Altamira ofrece una experiencia a través de la Neocueva, una reproducción exacta que permite admirar estas pinturas con gran detalle. ¿No es increíble pensar que estás contemplando la misma creatividad que impulsó a nuestros antepasados hace 140 siglos?

Rutas rurales: donde Cantabria muestra su alma más verde

Senderos que conectan con la esencia cantábrica

El verdadero encanto del turismo rural en Santillana se despliega cuando abandonas el casco urbano y te adentras en los senderos que serpentean por el paisaje cantábrico. La Ruta por el Mar de Santillana (10,5 km, 3:30h) parte de la Plaza Mayor y te lleva a través de paisajes de gran belleza hasta la costa.

Esta ruta es una lección de geografía viviente: pasarás por el núcleo de Arroyo con su antigua fuente y lavadero, la ermita de la Virgen del Terrero, los acantilados de El Portillo con vistas espectaculares, y la Ensenada de Calderón, que fue utilizada por los romanos como puerto. ¿Puedes imaginar las naves romanas atracando en estas mismas aguas donde hoy solo escuchas el murmullo de las olas?

La Ruta de los Foramontanos sigue las huellas de los antiguos habitantes de Cantabria que se aventuraron hacia el sur en busca de nuevas tierras, ofreciendo una experiencia que combina ejercicio físico, contacto con la naturaleza y descubrimiento cultural.

El Camino de Santiago: pisando huellas de peregrinos

Situada en la ruta norte del Camino de Santiago, Santillana del Mar se desarrolló como un lugar de descanso para los peregrinos que se dirigían hacia Santiago de Compostela. Hoy, la etapa entre Santillana del Mar y Comillas sigue siendo una de las más hermosas, discurriendo por maravillosos caminos rurales hacia el océano.

Caminar este tramo es conectar con una tradición milenaria. Cada paso que das lo han dado millones de peregrinos antes que tú, convirtiendo el sendero en un hilo invisible que une épocas, culturas y sueños.

Gastronomía: sabores que abrazan el alma

La cocina santillanesa es un abrazo culinario que refleja la riqueza de Cantabria. Destacan el cocido montañés (guiso con alubias, carne y repollo), el solomillo de añojo, la merluza sobre espárragos verdes y los sabrosos quesos que se producen en toda la provincia.

Pero hay algo especial en degustar los sobaos pasiegos (elaborados con mantequilla, harina y huevos) de la cercana Vega del Pas mientras contemplas las mismas montañas donde pastan las vacas que producen esa mantequilla. Es el círculo perfecto del turismo rural: producto, paisaje y tradición fundidos en una experiencia sensorial única.

¿Has probado alguna vez unas anchoas de Santoña recién abiertas mientras escuchas las historias de los pescadores locales? Es imposible comprar esa experiencia en un supermercado.

Más allá de lo evidente: tesoros ocultos

Museos que sorprenden

El Museo de la Inquisición, ubicado en un edificio medieval, alberga una colección de instrumentos de tortura y paneles informativos que narran la historia de la Inquisición en España. Aunque pueda parecer macabro, ofrece una perspectiva histórica necesaria para entender ciertos períodos de nuestra historia.

El Museo del Barquillero es un lugar curioso donde conocer la historia de este dulce tradicional. ¿Sabías que los barquillos tienen su propia historia y tradición artesanal? Estos pequeños museos temáticos son joyas que solo encuentras en destinos rurales auténticos.

Eventos que reviven la historia

El Mercado Medieval de Santillana del Mar es un evento anual que transforma el pueblo en un escenario vivo de la Edad Media, con artesanos, músicos y juglares recreando el ambiente de un mercado medieval. Durante estos días, la villa no representa la historia; la vive.

Excursiones imprescindibles desde tu base rural

Comillas: modernismo a 15 kilómetros

No puedes estar en Santillana sin visitar Comillas y su famoso Capricho de Gaudí. Esta excursión permite descubrir el Capricho de Gaudí, Santillana del Mar y el Bosque de Secuoyas en una sola jornada.

Suances: donde el surf encuentra la tradición

Suances, localidad costera con mucho ambiente en verano, tiene unas playas fabulosas como la Playa de los Locos, perfecta para practicar surf. Es el complemento perfecto para una escapada rural que también busque actividades acuáticas.

Alojamiento rural: tu refugio en la historia

La experiencia del turismo rural en Santillana va más allá de la visita diurna. Las casas rurales de la zona ofrecen la oportunidad de alojarse rodeados de naturaleza, combinando la arquitectura típica de Cantabria con el confort moderno.

¿Te imaginas despertar en una casona centenaria, desayunar productos locales mientras planificas una ruta de senderismo? Esa es la esencia del turismo rural que buscas cuando necesitas desconectar de verdad.

Consejos para una escapada perfecta

El momento ideal para desconectar

La primavera y el otoño son ideales para disfrutar sin multitudes, mientras que en invierno el ambiente es más tranquilo y perfecto para quienes buscan una escapada relajante.

Moverse como un local

El centro de Santillana es peatonal, por eso tendrás que aparcar en las afueras y recorrer el centro andando. Pero esto es una ventaja: cada paso te permite descubrir detalles que desde un coche serían imperceptibles.


Santillana del Mar no es solo un destino; es una experiencia transformadora donde el turismo rural alcanza su máxima expresión. Aquí, desconectar no significa simplemente apagar el móvil, sino conectar con algo más profundo: la historia que llevamos en los genes, la naturaleza que nos sustenta y la autenticidad que buscamos en un mundo cada vez más artificial.

En desconectar, te acercamos a estos rincones donde cada casa rural es una puerta de entrada a la Cantabria más auténtica, donde cada sendero es una invitación a redescubrirte y donde cada atardecer es una promesa de que existen lugares donde el tiempo aún se mide en latidos del corazón.

¿Ya estás imaginando tu próxima escapada rural a Santillana del Mar? Cuéntanos qué es lo que más te atrae de este destino donde la historia abraza a la naturaleza.

Fotografía © Guillén Pérez (flickr)

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